Cosas que me hubiese gustado saber cuando empecé a programar, Parte 3

Sí, más Cosas que me hubiese gustado saber cuando empecé a programar, tercera edición.

Puedes encontrar el primer artículo de la serie aquí.

Y el artículo anterior aquí

Cuidado con la trampa de la arrogancia

La arrogancia es uno de los peores rasgos que puede desarrollar un profesional.

No se trata solo de cómo afecta nuestras relaciones con otras personas, aunque también vale la pena considerar eso.

La arrogancia por sí sola te convierte en un peor profesional. Si crees que eres más competente de lo que realmente eres, te vuelves complaciente y bajas la guardia. Si no puedes hacer nada mal y tus soluciones son siempre las mejores, dejas de pensar objetivamente sobre la calidad de tu trabajo. Esto puede llevar a algunos de los peores hábitos de nuestra profesión, como:

  • ¿Por qué debería escribir pruebas si sé que mi código no fallará?
  • ¿Por qué debería revisar mi código si siempre es una maravilla?
  • ¿Por qué debería implementar esta característica/feature si entiendo todo mejor que mis clientes?
  • ¿Por qué debería usar esas herramientas si mi lenguaje de programación favorito es lo mejor que existe?

¿Te suena como alguien que conoces?

Ser humilde es casi un superpoder en esta industria. Reconoces tus limitaciones y pones cuidado extra en tu trabajo, y como resultado, la calidad de tu código mejora. Puedes escuchar críticas y aprender de ellas, en lugar de resentir a las personas por intentar ayudarte.

Un profesional humilde tiene una mejor perspectiva y puede pensar críticamente sobre sí mismo. Cultiva la humildad, aunque sea solo por los beneficios profesionales y personales que puedes obtener.

Siéntete cómodo con el fracaso

Después de años de que nos dijeran que el fracaso es algo malo que deberíamos evitar a toda costa, no es sorpresa que todos sintamos una fuerte aversión hacia él.

En el mundo real, sentirte comodo con la idea de fracasar puede marcar la diferencia entre una gran carrera y una mala. En la práctica, ese miedo al fracaso siempre trabaja en contra de tus mejores intereses. ¿Recuerdas ese proyecto que querías intentar pero tenías demasiado miedo de comenzar? Bueno, podría haber sido uno de los hitos más importantes de tu carrera. Incluso si el proyecto hubiese fracasado, podrías haber aprendido lecciones y habilidades importantes.

Intentar cosas fuera de tu zona de confort es importante si quieres crecer profesionalmente. Como mencionamos en un artículo anterior de esta serie, una de las mejores formas de mejorar tus habilidades técnicas es trabajar en proyectos con dificultades ligeramente por encima de tus capacidades actuales.

Estar bien con fracasar requiere mucha madurez emocional y humildad, y mientras más pronto desarrolles este rasgo, mejor. Un efecto secundario genial es que afecta la forma en que escribes código: te hace programar de una manera que hace evidentes las fallas durante el desarrollo. Y todos sabemos que mientras más pronto falle nuestro código, mejor. Esto te da la oportunidad de encontrar y reparar problemas mucho antes de que lleguen a producción, aumentando la calidad final de tu producto.

Esto está relacionado con la programación defensiva, un enfoque importante que deberíamos usar más a menudo.

Usa la ley de Parkinson a tu favor

Hay algo llamado la ley de Parkinson:

El trabajo se expande para llenar el tiempo disponible para completarlo

No es una ley como la gravitación o la ley de Ohm, sino una pieza de conocimiento sobre cómo los humanos manejan el trabajo en relación con la cantidad de tiempo dado para completar una tarea.

Me pasó en la universidad. Como en la mayoría de los lugares, algunos semestres eran más difíciles que otros, y algunos eran más fáciles. Siempre me preguntaba por qué nunca sentí diferencia en la cantidad de tiempo libre que tenía disponible de semestre a semestre. Bueno, la ley de Parkinson: En los semestres más difíciles era eficiente y trabajaba más duro, y en los más fáciles holgazaneaba un poco más.

¿Cómo puedes usar esto a tu ventaja?

Es fácil, crea fechas límite artificiales y respétalas. Tendemos a trabajar mucho mejor cuando hay una fecha límite apremiante. No importa si eres tú quien la establece, siempre y cuando la respetes y te presiones a ti mismo, tu productividad aumentará. Podrías mantener algún tipo de registro de actividades y ofrecerte recompensas solo si completas las cosas, pero creo que la disciplina por sí sola produce los mejores resultados.

La próxima vez que te preguntes por qué te toma la misma cantidad de tiempo completar las tareas fáciles y las tareas difíciles, pregúntate si es por la ley de Parkinson.

Oh, pero yo también sabía todas estas cosas.

Está bien, tal vez en el próximo artículo encuentres algo que aún no sabías.

Gracias por leer, espero que hayas aprendido una o dos cosas nuevas o al menos hayas obtenido algo nuevo en qué pensar.

Qué hacer a continuación:

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  • Lee el siguiente artículo de la serie.
  • Chad Fowler elabora más sobre estos temas y ofrece muy buenos consejos en The Passionate Programmer.
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Juan Luis Orozco Villalobos

¡Hola! Soy Juan, ingeniero de software y consultor en Budapest. Me especializo en computación en la nube e IA, y me encanta ayudar a otros a aprender sobre tecnología e ingeniería